miércoles, 10 de noviembre de 2010

Una tarde en Manchita






Una tarde en Manchita

Por Juan Rodríguez Pastor

El fuerte viento y el aguacero de una tarde otoñal acompañaron nuestra llegada a Manchita. En la Biblioteca nos estaban esperando Fernando (el gestor cultural), Mari Carmen y Natalia (las bibliotecarias).

Poco a poco fueron llegando los “manchiteros”. Uno de los primeros debates que surgieron fue si los de Manchita se llaman así, “manchiteros”, o “manchegos”, como era habitual antiguamente. No llegamos a ninguna conclusión, lo que nos demuestra que los materiales de la tradición oral están vivos, no son inmutables.

Antes, Daniela nos contó otra versión del cuento “Pilongos y castañas”; y su hermano Andrés nos recitó unos versos del romance de ciego “El crimen de Don Benito: Inés María y su madre / iban a misa mayor, / y en la mitá del camino / con don Carlos se encontró. / Don Carlos le ha dao un beso; / ella le ha dao una guantá. / –Esa guantá que me has dao / me la tienes que pagar...

Entonces, Daniela preguntó a su hermano que a quién había oído ese cantar. Y Andrés respondíó que se lo había oído mayormente a ella. Asi que yo pregunté a Daniela que dónde lo había aprendido ella; y esta fue su respuesta:

Pues, pa que vea usté, se lo voy a decir como es. Yo era más jovencilla... Íbamos a coger acitunas y si una se liaba a cantar el romance de Inés María, pues ya las otras se lo iban cogiendo...

No faltaron otros dictados tópicos. Francisca nos contó que, cuando iban a Guareña, les decían: ¡Qué casualidad!, cuando venías por la alberca quitamos la mesa, para no invitarles a comer. Y Daniela nos contó este otro: Valdetorres, pincha a la burra, verás cómo corre.

Después todos disfrutamos viendo cómo aprobábamos con nota el examen sobre el folklore infantil: “Antonio, retoño”, “Cigueña malagueña”, “Pim pim salamacatín”, “De codín de codán”, etc.

Mercedes nos contó varios falsos cuentos, como “El cuento del barrilín” y este otro: El cuento de pan y pimiento, hice un hoyito y me cagué dentro.

Mercedes, Daniela y María contaron muchos acertijos. De algunos adiviné la solución, con el aplauso general; pero otros no los había oído nunca (¡y eso que he recogido casi mil!) y tuve que rendirme: Un caballero de Fuenteovejuna, / ¿cuál es el ave que vuela, / que no tiene pluma, / que pica y aprieta / y cría a sus hijos / sin darles la teta?

María nos hizo reír en varias ocasiones, salpicando la charla con abundantes dichos, como este: Un cazador cazando / ha matado un ciervo, / y a su casa llevó / solo los cuernos. / Y la mujer le dice: / –Anda, ignorante, / con los que yo te pongo / tienes bastante.

Amparo, Mercedes y María nos contaron trabalenguas; M.ª Ángeles nos contó oraciones como la de san Antonio y la de las ánimas benditas; Francisca nos contó una historia que le contaba su maestra, doña María Sánchez, sobre la culebra que mamaba a una mujer…

Tantas eran las cosas que todos querían contar que, al final, apenas tuvimos tiempo para narrar un par de cuentos. Así que Jacinta y yo nos marchamos muy satisfechos por esta tarde tam animada que nos proporcionaron los “manchiteros”, pero, a la vez, un poco tristes, porque con Manchita se cierran estos “Caminos de Tinta y Papel”, una, para nosotros, más que gratificante Campaña de Animación a la Lectura y a la Escritura.


Juan Rodríguez Pastor es Doctor en Filología Hispánica y profesor de Instituto.
Desde 2008 participa en la campaña Caminos de Tinta y Papel.


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