viernes, 1 de octubre de 2010

Caminos de tinta y Papel en Llerena





LLERENA

El lunes 27 de septiembre de 2010 llegué pronto a Llerena. Paré en la Plaza Arturo Gazul y pregunté por la Biblioteca del mismo nombre. No estaba muy lejos, pero con el coche hay que dar algún rodeo. Llerena es una ciudad bonita, con calles estrechas y muchos edificios monumentales. Pasé dos veces por su preciosa plaza hasta dar con la calle Santiago.

La Biblioteca “Arturo Gazul”, antiguo convento de las “Hermanitas”, ya destaca desde el exterior; pero, por dentro, impresiona. ¡Qué bien se ha integrado la biblioteca en la iglesia!

En la Campaña solemos recalar en pequeñas bibliotecas y agencias de lectura, y nos sentamos alrededor de algunas mesas, creando un espacio cercano. Pero aquí todo el amplio espacio de la biblioteca estaba lleno de sillas, casi medio centenar. No creí que fuera a llenarse, pero, cuando volví, tras tomar un café, me llevé la agradable sorpresa de que poco a poco se habían ido ocupando los asientos con gente mayor y gente joven, hombres y mujeres.

Entre el público me encontré con mi amigo Román, con quien compartí trabajo un par de cursos en el Instituto de Herrera del Duque. Le pedí que echara algunas fotografías, ya que Jacinta no pudo acompañarme en esta ocasión.

Carlos, el concejal, tuvo la amabilidad de presentar el acto y de quedarse a escuchar toda la charla.

Por su parte, Curro, el bibliotecario, hizo una presentación que me dejó sorprendido. Después le pregunté que cómo sabía tantas cosas y me contestó que “bicheando” por los libros y por internet.

La distancia que separaba mi mesa de los asientes se acortó en cuanto comenzamos a desgranar, con ejemplos, lo que significa la tradición oral. En algunos momentos, los asistentes participaron con sus respuestas (que no pude grabar bien, por la distancia), con sus risas…

Por mi parte, había preparado un par de sorpresas. Estando en Llerena, era obligatorio hablar de doña Cipriana Álvarez, abuela de los poetas Machado. Esta mujer pasó en Llerena algunos temporadas, en 1883, 1884…, porque aquí vivía su hermana. Y en Llerena recogió más de 50 cuentos, aunque solo han llegado a nosotros algunos. Por supuesto, conté uno muy bonito, el de “Las cinco demandas”. Doña Cipriana también fue la fundadora, junto a Felipe Muriel, de la sociedad “El Folklore de Llerena”.

La segunda sorpresa se refería al escritor llerenense Arturo Gazul, quien da nombre a esta hermosa biblioteca. Conté algunas cosas inéditas de este escritor, porque en 1945 recogió materiales del folklore de Llerena para su amiga Isabel Gallardo. Así que aproveché para leer algunos fragmentos de este trabajo.

Cuando nos alejamos de Llerena, los últimos rayos de sol hacían resaltar sus magníficas torres.