viernes, 30 de abril de 2010

Crónica de Atalaya, por Juan Rodríguez Pastor


ATALAYA


Ahora que finaliza abril, Atalaya aparece ante el viajero como una pequeña isla dentro de un inmenso mar verde. De este pequeño pueblo sorprende su iglesia, que más parece castillo, y pequeños detalles como el portalillo que resguarda alguna puerta y las dos sirenas que flanquean el escudo de una casa en la calle Iglesia.

Tras nuestro breve recorrido, la biblioteca se fue llenando con una veintena de personas; entre ellas, las alumnas de Educación de Adultos, con su profesora, María Gracia.

Desde el principio, todos se mostraron dispuestos a colaborar: Manuela Castillo nos contó una versión del cuento “Castaña y castañeta”, Isabel otra versión del cuento “Don Minusteco”, Pepa nos recitó un trabalenguas, Mercedes nos indicó algunas peculiaridades de su pueblo, Puebla de Sancho Pérez… Y, aunque Atalaya no es un pueblo demasiado supersticioso, Belén nos recordó que a los niños les colgaban del cuello una mano negra para que no les hicieran mal de ojo.

Algunas mujeres nos contaron muchas cosas. Isabel Castillo, por ejemplo, nos cantó una nana, la rima infantil de “Los maderos de san Juan” y un dictado tópico que no recogió Rodríguez Moñino: En Atalaya no hay quien vaya…

Marina nos hizo ver que en su país, Honduras, algunos aspectos de la tradición oral son semejantes. Así, nos cantó un dicho a san Antonio para pedir novio, un acertijo, un trabalenguas, la rima de “Chico Perico” (parecida a la de “El tío Periquino”, que nos contó Isabel)…

Chico Perico

mató a su mujer,

hizo tamales

para ir a vender;

no se le vendieron,

porque eran de su mujer.

Pero la mejor, sin duda, fue Nieves Fernández, “la abuela” del grupo. Nos contó cuentos (aunque, al principio, no se atrevía con el de san Antonio, porque “tenía una palabra mu fea”), acertijos picarescos, rimas infantiles (“Cigüeña la peña”), una preciosa versión del romance “La loba parda”…

Estando yo en la mi choza,

pintando la mi cayada,

las cabrillas altas iban

y la luna rebajada,

vide venir siete lobos

por altas sierras nevadas…

Un momento especialmente gracioso es cuando Nieves “me la pegó”. Me dijo:

Usté me dice a la vaca lo que yo al toro: “Toro gando pa mí.”

Y digo yo:

–Vaca gando pa mí.

Como es natural, el calambur hizo que todos rompiéramos a reír. Luego nos pusimos algo más serios, cuando Manuela González nos contó cómo una culebra mamaba a su madre, mientras entraba el rabo en la boca de su hermana.

Cuando nos despedimos, Valle me entregó un precioso libro de recetas (Del campo a la mesa) que la Asociación de mujeres de Atalaya ha realizado con rigor, recogiendo las recetas fielmente y anotando el nombre y la edad de cada informante.

Web de la Asociación de Mujeres de Atalaya:

http://www.nuevoportal.com/andando/pueblos/extrema/badajoz/atalaya.html



martes, 13 de abril de 2010

Caminos de Tinta y Papel en Nogales (Del 12 al 19 de abril)

La Campaña llega esta semana a Nogales. Ayer tuvo lugar la charla de Juan Rodríguez Pastor en la biblioteca municipal. Como podemos adivinar por las fotos, el público asistente disfrutó de lo lindo. Más abajo, transcribimos las impresiones remitidas por Juan tras su visita a Nogales. Que las disfrutéis.





NOGALES

El 12 de abril, en una preciosa tarde de primavera, llegamos a Nogales, pueblo natal del escritor José Antonio Ramírez Lozano.

Era temprano; así que, tras saludar a Puri y a quienes estaban preparando la biblioteca, decidimos subir al castillo. Por la calle Iglesia, la subida se convierte en un paseo encantador: la ermita, el ayuntamiento, la iglesia, el cementerio y, finalmente, el castillo. En el Minarete de Santa Justa paramos para hacer algunas fotos.

Cuando regresamos, nos esperaban unas veinte mujeres: Eugenia, Mercedes, María, Inés, Dolores, Victoria…. Todas con la mejor predisposición y con algo de curiosidad por ver de qué iba la charla.

Es verdad que algunas se sorprendieron al comprobar que conocían todo lo que contábamos sobre la tradición oral; pero, sin duda, soy yo siempre el que más me sorprendo ante la vitalidad y las ganas de participar del auditorio.

No faltaron las anécdotas. Cuando hablamos de los dictados tópicos, Dolores Cortés se apresuró a defender a su pueblo natal, Entrín Bajo. También Aurelia nos contó un montón de cosas sobre su pueblo, Barcarrota… Más de una vez, tuve que poner orden, porque no podíamos escuchar varias cosas a la vez.

Ese afán por participar, por poner cada uno su granito de arena, es de lo más gratificante. Inés Álvarez, que debe tener 80 años, se puso a cantarnos un precedente de juego, haciendo los movimientos con las manos:

Don Juan de Villanaranja,

lo bien que fuma,

lo bien que canta,

tiene la barriga llena

de vino blanco,

de moscatel,

salvá está usté.

Es verdad que a veces surgen temas menos alegres; es el caso de las familias que abandonaron Nogales para recalar en los poblados de colonización: Valdelacalzada, Balboa, Pueblonuevo, Alvarado… Pero, en general, el tiempo hace que la mayoría de los recuerdos se dulcifiquen.

Además, siempre hallo nuevos materiales. Eugenia, por ejemplo, nos contó un acertijo culto que nunca antes había oído:

Blancaflor cuando nacistes,

desgraciada fue tu suerte

que el primer paso que distes

te encontrastes con la muerte.

El cogerte es cosa triste,

el dejarte es cosa fuerte,

el dejarte con la vida

es dejarte con la muerte.

Como nadie averiguaba la solución, nos la dijo Eugenia:

Pos es sencillísimo: una flor en una tumba…

Luego, con los cuentos se desbordaron las risas. Mercedes lo resumió a las mil maravillas:

–Mañana no tendremos que tomarnos la pastilla, porque hoy ya hemos hecho los ejercicios de risoterapia.

Al terminar, y mientras compartíamos un café, fue Eugenia quien nos contó varias anécdotas.

...y un poema.


Soledad Rivero Pinilla, una de las participantes en la Campaña, nos ofrece este bello poema:

(Hacer clik sobre la imagen para agrandar)

Caligramas

Un caligrama (del francés calligramme) es un poema visual en el que las palabras "dibujan" o conforman un personaje, un animal, un paisaje o cualquier objeto imaginable. Debemos al poeta vanguandista Guillaume Apollinaire la moda de la creación de este tipo de poemas visuales en el siglo XX. La influencia de Apollinaire en la poesía posterior supuso la creación de numerosos ejemplos de poemas visuales en diversas lenguas y culturas. Cabe recordar no obtante que los orígenes del caligrama se remontan a la antigüedad, y se conservan en forma escrita desde el período helenístico griego.

En la edición 2010 de Caminos de Tinta y Papel hemos recuperado esta tradición con una excelente acogida, como se puede comprobar viendo estos bellos caligramas realizados por las participantes de Torre de Miguel Sesmero.


lunes, 12 de abril de 2010

Tardes de taller en la Torre de Miguel Sesmero






Los talleres de animación a la lectura han funcionado estupendamente en esta población. Durante los días centrales de la semana, Toñi, nuestra monitora, ha compartido el entusiasmo de las mujeres de esta hermosa población pacense, que se han esmerado especialmente con los caligramas y con el teatro leído.




lunes, 5 de abril de 2010




TORRE DE MIGUEL SESMERO
Por Juan Rodríguez Pastor (Etnólogo)


En la tarde del 22 de marzo nos encaminamos a Torre de Miguel Sesmero. Por Tierra de Barros algunos tractoristas intentaban pasar sus cultivadores entre viñas y olivares, a pesar de que aún conservaban las huellas de pasados aguaceros.

Antes de llegar a la Torre, nos saludó un hermoso paisaje de dehesa. Ya en la Torre, fueron Cande y Magdalena quienes nos saludaron con un café y un trozo de manga de gitano. Nos acompañó también Fernando, el teniente de alcalde.

Poco a poco fueron llegando algunas señoras. La verdad es que ir a una charla no siempre es fácil, porque uno duda sobre lo que se va a encontrar. Afortunadamente, en casi todos los pueblos hay gentes como Antonia, Rosa, Luisa, Carmen, Isidora…, dispuestas a participar en todas las actividades. En nuestro caso, además, se llevaron una gran sorpresa: la “charla” fue tan poco académica que casi hablaron más los asistentes.

Ya les advertí que, de la tradición oral, sabían ellos más que yo, y lo demostraron con creces, aprobando todos con nota el “examen” final.

Hasta Fernando se animó a contarnos un dictado tópico, que no figura en la recopilación de don Antonio Rodríguez­-Moñino: “Eres más bruto que la comadrona de Hornachos, que sacaba los niños con jurón”.

M.ª Noemia, una señora de origen portugués y casada en la Torre, nos contó cómo hizo caso omiso a los consejos de su madre, quien la prevenía con el siguiente dictado tópico referido a España: “Ni bons ventos ni bons casamentos”.

Nos confirmó también M.ª Noemia que la tradición oral es muy semejante en cualquier lugar. Así, recordando una rima infantil portuguesa (“Gato pintado, quén te pintó?...”), nos dijo que en la Torre había escuchado otra idéntica.

El ambiente se fue animando hasta el punto de que algunas mujeres canturrearon a coro rimas infantiles como “Pimpirigaña” o “Pin, pin, saramacatín”; Carmen Torres nos cantó “San Pedro como era calvo…”; Rosa Fernández recordó los juegos del chito y los santos con las cajas de “ceriyos”; y Candela Sánchez Trejo fue capaz de recitarnos un complicado trabalenguas “El cielo está entarabincuntincuntanculado, ¿quién lo desentarabin…?”

Antonia estuvo callada toda la tarde, mirándome fijamente, sin perder palabra; pero, hubo un momento en que no pudo aguantar más:

–¡Eso es mentira!

Y es que Cecilia nos estaba contando cómo, en la curación del mal de ojo, la gota de aceite queda entera o se “esparrama”.

Al final vinieron los cuentos y, aunque nadie tenía gana de irse, a las ocho tuvimos que despedirnos. A Luisa le gustó tanto el cuento de “Las puchas” que quiere adaptarlo para una representación teatral. Carmen, que pasó en Estados Unidos casi cuarenta años, la mitad de su vida, quiere escribir sus memorias. Rosa, que ya es una escritora consumada, comprobó que conserva latentes muchos materiales de tradición oral; solamente con las canciones de corro y comba puede llenar varias libretas... A esa labor estamos todos llamados.

Cuando nos marchamos de la Torre, en la iglesia se rezaba el septenario a la Virgen de los Dolores.