
Una tarde en Corte de Peleas
· Juan Rodríguez Pastor ·
El lunes 8 de marzo, por la tarde, Jacinta y yo llegamos pronto a
Antes de las seis, esperamos a que Asunción abriera
Me sorprendió, otra vez, que los niños atesoraran tal acervo de tradición oral: sabían de todo: dictados tópicos, acertijos, trabalenguas… El tópico de que la tradición oral no se transmite a la gente joven parece no tener sentido en
Especialmente nos dejó de piedra un niño, Juanjo, con sus siete u ocho años. Cuando nosotros, los mayores, intentábamos soslayar ciertos temas escabrosos, él nos soltó con todo desparpajo el acertijo “picaresco” de la inyección:
“Te la metí,
te la saqué,
te hice sangre
y me marché.”
Hasta Tomás, otro niño, se dio la satisfacción de pegármela con otro acertijo, el de la vaca. Todos se peleaban por participar: Marcos, Raúl, Andrea, Fernando, Ana…
Después, los mayores tuvimos un precioso debate sobre las creencias populares: Fefi las defendía, pero Bartolomé dudaba de ciertas cosas… Yo aprendí que hay diferencias entre el mal de ojo y la luna.
Al final vinieron los cuentos y la propuesta de que cada uno recoja de algún modo todas estas cosas que ha recibido por tradición oral.
Tras el encuentro, los mayores tomamos un café en el bar “
–Muchas gracias, Tomás; no puedo venir mañana, pero no olvides que siempre que tú quieras, en
Cuando nos alejamos de la Corte, pasadas las ocho, empezaba a llover con fuerza.
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